Cochinillo al horno
El cochinillo al horno es una de esas recetas clásicas que nunca pasan de moda. Además, es una opción magnífica para las comidas de Navidad, festividades con la familia o cualquier reunión importante o celebración.
La particularidad de este animal es que ha sido únicamente alimentado con leche materna, por lo que la carne será muy tierna, con un color rosado claro y un sabor muy característico.
El cochinillo más popular es el de Castilla, siendo los de Ávila y Segovia los más famosos de nuestro país. Se cocina en hornos de leña y queda con una textura crujiente y tostada en la piel.
A pesar de que en casa no tengamos horno de leña, con esta receta vamos a conseguir un resultado similar, con la piel bien tostada y crujiente. Como podéis comprobar los ingredientes de esta receta son muy pocos, pero cuando la calidad del producto es excelente no es necesario nada más.
INGREDIENTES COCHINILLO AL HORNO:
- 1 cochinillo
- 4 dientes de ajo
- 2 vasos de agua
- 1 copa de Jerez
- 1 cucharada sopera de manteca
- Zumo de limón
- Sal
Preparación cochinillo al horno:
- El primer paso es macerar nuestro cochinillo en el ajo y el limón durante 2 ó 3 horas.
- En una fuente de barro grande, ponemos dos vasos de agua. .
- Colocamos el cochinillo en el interior de la fuente de barro, con las costillas hacia arriba, pero asegurándonos de que no toque el agua. Esto es muy importante porque si el cochinillo se moja, la piel no quedará tostada.
- Añadimos sal y lo metemos al horno a 200ºC.
- Transcurrida 1 hora y 45 minutos, agregamos la copa de Jerez por encima (sin que caiga en la parte de la piel que después tostaremos).
- Después de 15 minutos, volvemos a abrir el horno y damos la vuelta al cochinillo para poder untar la manteca en la piel y le añadimos sal.
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Consejos:
Si la fuente es de barro, es mejor evitar que la piel del cochinillo toque el material pues se quedará pegada. Para ello, podemos poner un poco de papel de aluminio.
Si durante el horneado vemos que se queda sin agua en el fondo de la fuente de barro, añadimos más para que el cochinillo esté hidratado, pero NUNCA, dejando que la piel se moje.
Cuando llegue el momento final de tostar bien la piel, se pueden proteger las orejas y el rabo con papel aluminio para evitar que se quemen con el calor directo.
¡Listo! A estas alturas de la receta, tendréis toda la cocina impregnada con un delicioso olor a cochinillo que se os hará la boca agua.
En cuanto al momento de servirlo, es recomendable que se haga recién salido del horno y se puede colocar en la mesa en la misma bandeja o fuente en la que se ha cocinado.